Antes de firmar un préstamo o usar tu tarjeta, detente un momento. Estas 7 preguntas pueden ayudarte a evitar errores costosos y tomar decisiones financieras más inteligentes.
No todo gasto justifica un crédito. Reflexiona si es una necesidad real o un deseo momentáneo. Endeudarte solo tiene sentido si el beneficio supera el costo del interés.
No te bases solo en el “mínimo a pagar”. Calcula el monto total y asegúrate de que no exceda el 30% de tus ingresos mensuales. Un crédito no debe poner en riesgo tus gastos esenciales.
Más allá de la tasa de interés, revisa la CAT (Costo Anual Total), las comisiones y penalizaciones. Este indicador te muestra cuánto pagarás realmente por el dinero prestado.
Ten un plan B. Considera un fondo de emergencia que cubra al menos tres meses de pagos o elige créditos con seguros de desempleo o protección de pago.
No aceptes la primera oferta. Usa simuladores (como los de la CONDUSEF o tu banco) para comparar tasas y plazos. La diferencia entre una tasa de 25% y 40% puede ser enorme a largo plazo.
Endeudarte puede ser positivo si te permite invertir en educación, vivienda o negocio, pero negativo si solo financia consumo sin retorno. Pregúntate: ¿me hace crecer o solo gastar?
Toda deuda implica sacrificios. Evalúa si estás preparado para posponer gastos, ahorrar más o limitarte temporalmente. Si la respuesta es “no”, quizá aún no es el momento de endeudarte.
Endeudarse no es malo, pero hacerlo sin estrategia puede ser un error costoso. La clave está en entender tu capacidad, tus prioridades y tus motivos antes de comprometer tu dinero futuro.
“El crédito es una herramienta, no un salvavidas: úsalo para construir, no para tapar huecos.”