Un fenómeno muy particular azota el sistema laboral estadounidense: The Great Resignation o la “Gran dimisión”.

Desde inicios de 2021, pero con especial foco en finales de verano del año pasado, en Estados Unidos se observa una tendencia económica en la que los trabajadores abandonan o dimiten voluntariamente de sus puestos de trabajo en masa.

¿La razón? Las y los expertos dicen que es multifactorial, pero bien pudiera resumirse en una frase: covid-19 nos permitió también darnos cuenta de que no queríamos seguir con la vida que teníamos antes de la pandemia.

Regresemos en el tiempo a enero de 2020. Por aquel entonces, nadie se imaginaba que un virus pudiera poner al mundo de cabeza, pero así fue y una de las decisiones para hacerle frente fue quedarnos en casa.

De la noche a la mañana millones de personas que no tenían trabajos en primera línea empezaron a trabajar desde sus hogares. Fue así como nuestras cocinas, salones, o dormitorios se transformaron también en nuestras oficinas.

Por si fuera poco, además de enfrentarnos a un virus letal y convivir con el miedo, nuestras horas laborales se incrementaron de manera exponencial, en muchos casos nuestros salarios se vieron reducidos y la barrera que separaba el trabajo de nuestra vida privada dejó de existir para muchas personas.

Esta situación se extendió durante más meses de lo previsto hasta que en septiembre de 2021 cientos de estadounidenses dijeron al unísono… ¡Basta! Decidieron que lo que debían hacer era estar más tiempo con su familia, dejar de vivir bajo el yugo de una compañía que los trataba como números y cumplir sus sueños.

Y tú, ¿estarías dispuesto o dispuesta a renunciar a tu trabajo?

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