Abigail creció en un ambiente familiar de clase media alta, pero todo fue un desastre cuando el dinero entró en abundancia a su casa

*“Cuando en los 80 Michael Eisner multiplicó las ganancias de la empresa, mi padre, hasta ese momento un buen hombre de clase media, se volvió inmensamente rico (…). Una de las primeras cosas que hizo fue comprarse un jet. Fue cuando sentí que había perdido el rumbo”*, afirmó la nieta de Roy O. Disney, hermano de Walt y cofundador de The Walt Disney Company. En una entrevista para The Cut en 2019. Y son estas mismas declaraciones las que se han replicado como la espuma en todos los medios de comunicación que se han hecho eco del perfil de esta cineasta, filántropa y activista.

Para Abigail también fue un parteaguas porque desde ese momento también se ha posicionado como fiel detractora del imperio Disney. En 2019, la oveja negra de los Disney también criticaba en Twitter el sueldo desorbitado que Bob Iger, hoy presidente ejecutivo de la empresa recibía.

*“Déjenme ser muy clara. Me gusta Bob Iger. NO hablo por mi familia, sino solo por mí. Aparte de poseer acciones (no tantas), no tengo más voz que nadie sobre lo que sucede allí. Pero siendo objetivos, una tasa de pago de más de mil es una locura”,* publicó en su red social.

[https://twitter.com/abigaildisney/status/1119985336308912128?ref_src=twsrc%5Etfw](https://twitter.com/abigaildisney/status/1119985336308912128?ref_src=twsrc%5Etfw)

Tres años más tarde, su documental, 'The American Dream and Other Fairy Tales ' (El sueño americano y otros cuentos de hadas) ve la luz y en él trata de visibilizar a través de su famosa familia la brecha salarial que existe entre los más ricos y los más pobres, la economía disfuncional en la que estamos inmersos y cómo sería un mundo más equitativo.

En abril de este año, Abigail aprovechó el foro llamado 'Oligarcas vs. Todos nosotros: la lucha por el poder y el dinero' para señalar que los multimillonarios viven vidas miserables ya que solo le importa tener más dinero que el de al lado. *“Una de las características más distintivas del multimillonario es, ‘pero su avión es más grande que el mío, pero tiene más comas que yo’. El club de las cuatro comas, se llaman a sí mismos, cuando no hay nadie cerca”*, concluyó.

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