El reciente fallo masivo de Windows dejó a millones de dispositivos fuera de servicio, afectando operaciones en aerolíneas, hospitales y empresas en todo el mundo. Esto resalta la importancia de una ciberseguridad robusta en la era digital.
El pasado 18 de julio ocurrió lo que para muchos se sintió (al menos durante las primeras horas) como un auténtico apocalipsis informático. Se trató del fallo masivo en los servicios de Windows, el sistema operativo más popular de Microsoft (MSFT), provocado por una actualización de software. La gigante estadounidense de ciberseguridad Crowdstrike (CRWD) explicó que el problema se originó en el servicio Falcon, diseñado para proteger archivos en la nube.
La actualización defectuosa provocó la parálisis inmediata en diversos servicios de todo el mundo. Hospitales, aerolíneas y empresas de todo tipo tuvieron que interrumpir sus operaciones debido a que las pantallas de millones de equipos mostraron el mensaje: “su dispositivo tuvo un problema”.
Durante el fin de semana, los principales aeropuertos sufrieron tráfico inusual debido a las fallas en los sistemas, afectando a diversas aerolíneas de Estados Unidos, Europa y Asia, y provocando la cancelación de más de 1,300 vuelos, según un reporte preliminar de CNN.
Otras áreas afectadas fueron decenas de bancos internacionales y grandes proveedores del sector salud, como el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido, que tuvo que trabajar a marchas forzadas para superar la oleada de retrasos generados por la parálisis de sus sistemas operativos.
Para el sábado 20, Microsoft (MSFT) explicó en un comunicado que la causa subyacente del fallo ya había sido arreglada, pero que sus ingenieros seguían activos para mitigar los impactos residuales. “Si bien las actualizaciones de software pueden causar perturbaciones ocasionales, incidentes importantes como el evento CrowdStrike (CRWD) son poco frecuentes. Estimamos que la actualización afectó a 8.5 millones de dispositivos Windows”, afirmaron, reconociendo los impactos económicos y sociales tras el fallo.
En cuanto a reputación, los últimos días de julio han sido duros para CRWD. La firma de ciberseguridad ha experimentado una pérdida de casi el 27% en el precio de sus acciones, uno de los descalabros más significativos en los últimos 5 años.
A pesar del panorama adverso para CrowdStrike (CRWD), el sector informático y de ciberseguridad sigue manteniendo una buena perspectiva de crecimiento en los mercados internacionales, impulsada por las inversiones en Inteligencia Artificial (IA) que han beneficiado a gigantes como Palo Alto Networks (PANW) o Fortinet (FTNT).
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