El ayuno intermitente se popularizó en 2012 tras prometer una pérdida de grasa y mejores niveles de glucosa pero, ¿en verdad funciona?
El ayuno intermitente se popularizó en 2012 tras prometer una pérdida de grasa y mejores niveles de glucosa pero, ¿en verdad funciona?
Quizá has escuchado en los últimos años sobre el ayuno intermitente, el cual consiste en comer durante un cierto número de horas, lo cual ayuda a quemar grasa, mejorar la presión arterial, colesterol y azúcar en la sangre.
En 2012 el ayuno intermitente se popularizó por el documental *Eat Fast, Live Longer* del periodista Michael Mosley de la BBC y por el libro The Fast Diet, además de uno más escrito por la periodista Kate Harrison, *The 5:2 Diet based on her own experience*, seguido por el éxito de ventas titulado The Obesity Code, del Dr. Jason Fung lanzado en el 2016.
A diferencia de los humanos de hace miles de años, nuestros cuerpos han evolucionado para poder soportar ayunos prolongados, incluso de varios días o más. En tiempos prehistóricos, antes de que los humanos aprendieran a cultivar, eran cazadores y recolectores que evolucionaron para sobrevivir y prosperar durante largos períodos sin comer pues tenían que hacerlo ya que tomaba mucho tiempo y energía cazar y recolectar nueces y bayas.
El humano actual ha cambiado, de acuerdo con una investigación de la Universidad Harvard, el ayuno intermitente permite que los niveles de insulina bajen, provocando que las células grasas liberen su glucosa almacenada para usarla como energía, es decir, se pierde peso si los niveles de insulina bajan lo suficiente y durante el tiempo correcto para quemar la grasa.
Hay varias formas diferentes de hacer el ayuno intermitente, pero todas se basan en elegir períodos de tiempo regulares para comer y ayunar. Por ejemplo, puedes intentar comer solo durante un período de ocho horas cada día y ayunar el resto. O bien, elegir comer solo una comida al día durante dos días a la semana. Existen muchos horarios diferentes de ayuno intermitente, sin embargo, el hecho de cambiar el horario de las comidas y comer más temprano en el día y extender el ayuno nocturno, beneficia significativamente el metabolismo, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Alabama.
El ayuno intermitente provoca que el cuerpo agote sus reservas de azúcar y comience a quemar grasa, lo cual provoca un cambio metabólico, de acuerdo con especialistas. En caso de que quieras poner en práctica esta dieta no olvides consultar a tu médico.
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