Comienza junio y todo se viste de colores por ser el Mes del Orgullo LGBT y en ciudades de todo el mundo hay festividades y marchas. ¿Cuál es la historia detrás de esta celebración y cómo llegó a México?
Comienza junio y todo se viste de colores por ser el Mes del Orgullo LGBT y en ciudades de todo el mundo hay festividades y marchas. ¿Cuál es la historia detrás de esta celebración y cómo llegó a México?
El 28 de junio de 1969 en el bar Stonewall Inn en el barrio de Greenwich Village de Nueva York, considerado un sitio seguro cuando revelar una preferencia sexual diferente a lo hetero era considerado casi un delito, fue que comenzó este movimiento. Ahí, la comunidad LGBTQ+ se manifestó en contra de una redada por parte de la policía, que en aquella época los acosaba.“Siempre había redadas y los detenían bajo cualquier pretexto. Ese día, particularmente las personas trans, ya no permitieron que se los llevara la policía; fueron tres días de trifulca. A partir de ahí surge un movimiento organizado de la comunidad LGBTQ+”, resalta Mariaurora Mota, activista por la diversidad sexual e integrante de la Comisión para la Inclusión y No Discriminación en Nuevo León, México.
Nueve años después, las manifestaciones en pro de los derechos de la comunidad LGBTQ+ llegaron a México. La primera fue organizada por el Frente Homosexual de la Acción Revolucionaria (FHAR), refiere Mota, y fue el 2 de octubre, a 10 años de la Masacre en Tlatelolco, en la Ciudad de México.
Previamente, el 26 de julio de 1978, un grupo LGBTQ+ participó en una marcha por el 25 aniversario de la Revolución Cubana.
“En la tarde de ese día, un grupo de aproximadamente 40 homosexuales se unió a una marcha contra la represión del régimen político, que demandaba la libertad de presos políticos. El contingente portó pancartas demandando a su vez la “liberación” de ciudadanos homosexuales por parte del sistema represivo dominante”, narra Jordi Diez en su artículo *La trayectoria política del movimiento Lésbico-Gay en México*, publicado en el 2011 por la revista *Estudios sociológicos* de El Colegio de México.
Y es que el FHAR estuvo nutrido por movimientos de izquierda, por eso las primeras marchas fueron en contextos vinculados tanto al movimiento estudiantil del 68 como la Revolución Cubana, señaló Juan Jacobo Hernández Chávez, cofundador del grupo, durante una charla en línea organizada por el Instituto Nacional de Desarrollo Social, en el 2020.
La primera Marcha del Orgullo tal como se le conoce ahora se organizó el 29 de junio de 1979 en la Ciudad de México y concentró a mil manifestantes, indica Alfonso Jiménez en su artículo *La marcha del orgullo LGBT en la Ciudad de México*, publicado en la Revista Perspectivas.
El antecedente de las manifestaciones públicas en México es el primer manifiesto de la comunidad homosexual: Contra la práctica del ciudadano como botín policiaco, publicado en 1975. Sus autores son Luis González de Alba, activista e integrante de Lambada (grupo clave en la historia LGBT mexicana) y el escritor Carlos Monsiváis.
Desde entonces, cada junio se celebra el Mes del Orgullo en México, con una marcha organizada por colectivos de cada ciudad del País. Cada año se busca visibilizar la falta de uno de los derechos a los que la comunidad LGBTQ+ no tiene acceso, muchos de ellos esenciales y básicos en la vida diaria, destaca Mota.
Algunos son: el acceso a medicamentos antirretrovirales para el VIH, el acceso al enlace civil que, al mismo tiempo, es importante en el momento de obtener otros derechos legales del matrimonio, desde que el trabajador pueda dar de alta a su pareja ante el Seguro Social hasta la obtención de un crédito hipotecario conyugal; incluso, para tener el poder de realizar trámites si la pareja fallece.
“De lo que se trata (el Mes del Orgullo) es de darle visibilidad al tema, decirle a la sociedad: ‘aquí estamos gays, lesbianas, bisexuales, trans, no binarios, aunque no nos ves durante todo el año, formamos parte de la sociedad y estamos en todos lados’”, destaca Mota.
“La mejor manera de educar a la población en estos temas es que nos conozcan y que sepan que somos: la maestra del kínder de tus hijos, el doctor que te atiende cuando tienes un accidente, el chofer que va manejando el camión, la enfermera; estamos haciendo trabajo igual que todos y por lo tanto queremos los mismos derechos”.