La cocina navideña mexicana es un tesoro de tradiciones milenarias, donde cada platillo cuenta una historia de encuentros culturales y celebraciones ancestrales.
Esta hierba humilde, protagonista de la mesa navideña, tiene raíces que se remontan a la época prehispánica. Los aztecas la consumían durante la celebración del Paquetzaliztli, festividad dedicada al nacimiento de Huitzilopochtli. Hoy se prepara con mole, papas, nopales y las tradicionales tortitas de camarón.
Este platillo representa el perfecto mestizaje culinario. Aunque nació en España, México lo adoptó y transformó, agregándole ingredientes locales como jitomate, chiles güeros y especias propias. La receta actual incluye aceitunas, alcaparras y papas, creando una fusión única de sabores.
Conocido originalmente como huexolótl por los aztecas, este ave era parte de las celebraciones del solsticio de invierno. Los españoles lo llevaron a Europa, y regresó convertido en un ícono navideño.
Esta bebida aromática combina frutas de la Nueva España con ingredientes europeos. Se prepara con:
Símbolo de la convivencia familiar, los tamales son parte fundamental de las celebraciones decembrinas. Se preparan en diversas variedades, desde mole hasta dulce, y su elaboración se convierte en un ritual familiar.
Estas crujientes delicias bañadas en jarabe de piloncillo llegaron de España y se arraigaron en la tradición mexicana.
La gastronomía navideña mexicana es un testimonio vivo de nuestra historia, donde cada platillo representa el encuentro entre dos mundos y miles de años de tradición culinaria. Cada receta transmite no solo sabores, sino también la memoria de generaciones que han celebrado alrededor de estas preparaciones.