La música urbana vive un auge imparable en México, conquistando a nuevas generaciones y fusionando géneros que marcan tendencia global.
La música urbana ha dejado de ser un fenómeno de nicho para convertirse en uno de los motores principales de la industria musical mexicana. En los últimos años, géneros como el reggaetón, el trap y los corridos tumbados han experimentado un crecimiento explosivo, impulsados por una nueva generación de artistas y el respaldo masivo de la audiencia joven.
El consumo de reggaetón mexicano en plataformas como Spotify ha crecido más de 1,100% en los últimos cinco años, con la Generación Z como el público más fiel: el 53% de los oyentes de reggaetón Mexa en México son menores de 24 años. Esta ola de popularidad ha sido impulsada por artistas que nacen y crecen en el barrio, conectando con los jóvenes a través de letras auténticas y una representación genuina de la cultura urbana mexicana.
El boom urbano no solo se limita al reggaetón. El regional mexicano y los corridos tumbados han encontrado en la fusión con lo urbano una vía para conquistar nuevos públicos. Figuras como Natanael Cano y Tito Doble P han revolucionado el género, mezclando sonidos tradicionales con influencias de trap y hip-hop, y posicionándose como referentes internacionales. Además, la colaboración entre artistas de distintos países y géneros ha enriquecido la escena, haciendo que la música urbana mexicana trascienda fronteras y se consolide en los festivales y listas globales.
Este movimiento, que comenzó en las periferias y barrios populares, ahora ocupa espacios masivos y festivales de renombre, reflejando la victoria cultural de las clases populares y el empoderamiento de nuevas voces. La música urbana en México es hoy sinónimo de diversidad, innovación y autenticidad, y su auge parece no tener límites en 2025.