Ozempic, el medicamento de semaglutida, está revolucionando el manejo de la diabetes tipo 2 y la pérdida de peso. Aquí te explicamos cómo funciona, quién puede usarlo, riesgos y mitos más comunes.
Ozempic es el nombre comercial de la semaglutida, un análogo de GLP-1. Está aprobado para el tratamiento de la diabetes tipo 2 y, en algunos países, se usa también con fines de control de peso bajo supervisión médica.
Imita la hormona GLP-1: estimula la liberación de insulina cuando sube la glucosa, reduce la producción hepática de glucosa, enlentece el vaciamiento gástrico y ayuda a disminuir el apetito. El resultado: mejor control glucémico y, en muchos casos, pérdida de peso.
Principalmente para adultos con diabetes tipo 2 cuando dieta y ejercicio no son suficientes. El uso para pérdida de peso en personas sin diabetes depende de la aprobación regulatoria de cada país y siempre debe ser indicado por un profesional de la salud.
Se administra una vez por semana mediante inyección subcutánea (abdomen, muslo o brazo). Suele iniciarse con dosis bajas y aumentarse gradualmente para mejorar la tolerancia.
Generalmente ceden al ajustar la dosis. Si hay dolor abdominal intenso, signos de deshidratación o síntomas persistentes, se debe consultar de inmediato.
No exactamente. Existen otros fármacos de la misma familia o combinados (por ejemplo, con GIP). Pueden diferir en dosis, indicaciones y eficacia. Nunca los intercambies sin indicación médica.
En diabetes, mejora la HbA1c y ayuda a perder peso de forma gradual. En control de peso, la respuesta varía; los mejores resultados aparecen cuando se combina con hábitos saludables (alimentación, sueño, actividad física).
Puede haber desabasto en algunos lugares por alta demanda. El precio varía por país y cobertura. Consulta con tu aseguradora y farmacia para opciones y programas de apoyo.
Esta guía es informativa y no sustituye el consejo médico. Consulta siempre a un profesional de la salud antes de iniciar, cambiar o suspender cualquier tratamiento.