Sobrevivir al frío no tiene por qué vaciar tu cartera. Con algunos ajustes simples en tu hogar y tu rutina diaria, puedes mantenerte cálido, cómodo y sin disparar tus gastos. Aquí va una guía práctica para pasar el invierno inteligentemente.
Sellar ventanas y puertas evita que el calor escape. Usa burletes económicos o incluso telas gruesas para bloquear corrientes. Una alfombra también ayuda a mantener la temperatura interior.
La clave no es una chamarra gruesa, sino varias capas ligeras. Prioriza prendas térmicas y materiales como lana o fleece, que retienen el calor sin hacerte sudar.
Antes de encender calefactores, prueba métodos puntuales: compresas calientes, bebidas calientes o cobijas térmicas. Un calefactor portátil puede ser suficiente si solo usas una habitación.
Abre cortinas durante el día para dejar entrar calor natural. Por la noche, ciérralas para conservar la temperatura interior.
Opta por aparatos eficientes y revisa sus modos de bajo consumo. A veces basta con ajustar la temperatura uno o dos grados para reducir notablemente el gasto energético.