1. Auge histórico en quiebras corporativas

En julio de 2025 se registraron 71 solicitudes de bancarrota por parte de empresas estadounidenses, el nivel mensual más alto desde 2020. El total acumulado hasta julio —446 solicitudes— es el más elevado en los primeros siete meses del año desde 2010.

2. Marcas emblemáticas en crisis

Varias cadenas icónicas del comercio minorista se han visto afectadas. Forever 21 se acogió por segunda vez al Capítulo 11 en marzo y anunció el cierre de sus 350 tiendas en EE.UU. Claire’s también se declaró en bancarrota en agosto, por segunda vez en siete años. Del Monte Foods, el histórico fabricante de alimentos enlatados, presentó en julio su propia solicitud de protección bajo el Capítulo 11.

3. Presión por tasas de interés elevadas

El entorno financiero está marcado por costos de endeudamiento elevados: la Reserva Federal mantuvo su tasa de referencia entre el 4,25 % y el 4,50 %, complicando que empresas con alta deuda puedan refinanciarse sin asumir mayores costos.

4. Industrias más golpeadas: industrial y consumo discrecional

Los sectores más afectados incluyen manufacturas y consumo discrecional, donde las quiebras reflejan un doble impacto: el descenso del gasto de los consumidores y los elevados costos operativos.

5. Factores estructurales adicionales

Las políticas arancelarias han encarecido los insumos importados —como las latas de acero—, afectando a minoristas que dependen de productos importados. Además, Del Monte sufrió un exceso de inventario tras la sobreproducción durante la pandemia, que ya no encuentra salida en un contexto de menor demanda.

6. Contraste entre datos macro y síntomas empresariales

A pesar del sólido desempeño económico general —con un crecimiento del PIB del 3 % y un mercado bursátil fuerte—, los datos muestran una tensión profunda en el sector real. Las solicitudes del Capítulo 11 comercial aumentaron un 78 % interanual en julio, reflejando problemas estructurales persistentes en muchas empresas.

7. ¿Un año récord en quiebras?

De continuar esta tendencia, 2025 podría convertirse en uno de los años con más quiebras corporativas en más de una década.