Para que los costos adicionales no te agarren en curva, hemos reunido los puntos más importantes para tener en cuenta antes de que firmes.

La pandemia dejó en claro que el mundo puede cambiar de la noche a la mañana, y el mundo de los negocios no es la excepción. Si bien en los últimos años comenzaban a surgir nuevas tendencias, el surgimiento del virus aceleró un cambio en las empresas.

Te has decidido y este año comprarás ese auto que tanto quieres, pero no te alcanza para liquidarlo en una exhibición, tienes que optar por financiamiento. No te preocupes, no es una mala idea, solo debes tener en cuenta cuál es el contrato que más te conviene según tu situación.

Lo primero que debes saber cuando se trata de préstamos para comprar un coche es que hay diferentes opciones: préstamo bancario, préstamo de la concesionaria o préstamo ligado a hipoteca.

Cualquiera de ellos son opciones perfectamente válidas. Aquí lo que debes tener en cuenta -y debes comparar siempre- son los tipos de interés, las comisiones de apertura, si te obligan a hacer otros gastos como la contratación de un seguro. También es importante tener en cuenta la comisión por amortización anticipada y, sobre todo: el plazo y la cuota mensual. Sin lugar a duda, estas variables influyen en el costo total del auto y son las que te ayudarán a decidirte a la hora de quedarte con un crédito u otro.

Por supuesto, aquí como en todos los créditos, cuanto más logres ahorrar para el enganche, menor será el monto para financiar y, por ende, menores serán los costos totales. Además, lo ideal es pagar tu coche cuanto antes porque recuerda que cualquier auto se deprecia rápidamente. De hecho, un auto nuevo al salir del concesionario ya pierde 30% de su valor inicial.

Ten en cuenta también que, si el crédito te lo concede la concesionaria, ésta te obligará a que realices con ella el mantenimiento del auto y no te permitirá realizar ninguna modificación a tu coche hasta que completes el pago.

Una vez que ya te hayas decidido, tanto el banco como la agencia te pedirán la siguiente información: una identificación oficial, el número de tu cuenta bancaria, un buen historial crediticio y contar con un aval en caso de que no cumplas con las cuotas.

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